Tras la crisis sanitaria del Covid-19 a nadie se les escapa que va a haber una aumento considerable de procedimientos concursales, que serán necesarios para muchos propietarios o autónomos que se encuentren o prevean encontrarse en un estado de insolvencia, y no dispongan de la liquidez suficiente para hacer frente al pago de sus deudas.
Acudir a instrumentos como la denominada “Segunda Oportunidad” ofrece una serie de ventajas que es preciso valorar para minimizar esta situación crítica que esta pandemia ha provocado:
- se paralizan las ejecuciones judiciales y extrajudiciales que se hayan iniciado contra los bienes del deudor necesarios para su actividad. Por tanto, el deudor gana tiempo con la paralización de los procedimientos contra su patrimonio mientras dura el preconcurso.
- también quedan paralizadas las ejecuciones hipotecarias, aunque los acreedores pueden presentarlas.
- el preconcurso tiene un carácter privado: si el deudor lo solicita no es objeto de publicidad en ningún registro y, en consecuencia, protege su imagen en el mercado.
- el preconcurso impide a los acreedores la presentación de solicitudes de concurso, por lo que el empresario sigue conservando el control de la empresa y puede seguir desarrollando su actividad durante el procedimiento.
- permite al deudor iniciar negociaciones con sus acreedores para llegar a un acuerdo con ellos y evitar el concurso, renegociando las deudas, tanto en su cuantía como en el periodo de pago. (+)